El Rosario, Cadena de Salvación

Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. 

10 de agosto de 2014 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Madre Corredentora.

Yo prometo que quien me honrase con el Santo Rosario de mi Corredención, sentirá el efecto de mi Llama de Amor. 

  • Verán mis bendiciones que caerán como escarchas y lágrimas.
  • Yo aliviaré a los hogares y familias.
  • Traeré paz al mundo.
  • Protegeré de guerras y calamidades.
  • Disminuirá el aborto.
  • Serán aliviadas las almas benditas del purgatorio.
  • Salvaré con mi amor maternal a muchos sacerdotes, religiosas, religiosos de las garras de mi adversario.
  • Mi gracia se extenderá en el mundo.
  • Habrá salud del alma y cuerpo en mis hijos.
  • Guiaré fielmente a mis hijos al refugio seguro en mi Doloroso e Inmaculado Corazón.

Las almas que lo rezan sentirán el efecto de mi Corredención.

¡Ave María Purísima, sin pecado original concebida!

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

ROSARIO DE LA CORREDENCIÓN O DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Abre, Señor, mis labios y mi boca proclamará tus alabanzas. Ven ¡Oh, Dios! en mi ayuda. ¡Señor! date prisa en socorrerme.

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa ntercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa. 

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa. 

Ven, mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa.

Ofrecimiento del Santo Rosario

Me uno a todos los santos que están en el Cielo, a todos los justos que están en la tierra, a todas las almas fieles que se encuentran en este lugar. Me uno a Ti, Jesús mío, para alabar dignamente a tu Santísima Madre, y alabarte a Ti, en Ella y por Ella. 

Renuncio a todas las distracciones que me sobrevengan durante este Santo Rosario. Quiero rezarlo con modestia, atención y devoción, como si fuera el último de mi vida. 

Te pedimos fe viva, firme esperanza y ardiente caridad. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. 

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.  

Alzando en alto el santo Rosario, oramos:

Con este santo Rosario, Cadena de Salvación, que atará al dragón (Ap 20, 1-3) nos unimos mi familia y yo. Intercedo por la santa Iglesia católica, por el Santo Padre, obispos y sacerdotes. Con esta poderosa arma, ato a Satanás y sus secuaces, reparo por todos los pecados de la humanidad, y pido la paz y la conversión para el mundo entero. Por el Doloroso e Inmaculado Corazón de María en la Divina Voluntad. 

Adorado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, con el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Santa Madre, ¡sea por siempre adorado! Amén. 

Peticiones

Ofrecemos este santo Rosario en desagravio, reparación y consuelo al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y al Corazón Doloroso e Inmaculado de María, por nuestros pecados y los del mundo entero; por nuestra salvación y conversión; por las Almas Benditas del Purgatorio; por el Santo Padre, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, los fieles y la Iglesia extendida por todo el mundo; por los enfermos, las familias, desconsolados y tristes, madres embarazadas, niños no nacidos y niños abortados, la paz del mundo, conversión de los pecadores; por las intenciones de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José, y nuestras intenciones particulares [En silencio cada uno confía a Jesús y a la Mamá Celestial sus intenciones].

Jaculatorias del Apostolado para orar entre cada Misterio del santo Rosario:

Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu Reino Eucarístico, a través del Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre en la Divina Voluntad, y el Triunfo de la Cruz en el Espíritu Santo, extendiendo la Llama de Amor Santo y Divino en todos los corazones. Amén.  

Corazón Doloroso e Inmaculado de María. Ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.  

Casto y Amante Corazón de San José, Custodio de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, y Protector de la Iglesia. Ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.  

¡Oh, Jesús mío! perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia. Amén.  

Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo; y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. Amén. (3 veces). 

Sacratísimos Corazones Unidos de Jesús, María y José, triunfen en todos los corazones y venga el Reino Eucarístico de la Divina Voluntad. Les amo. Salven a las almas, salven a los consagrados, salven a las familias, salven al mundo entero. Amén.  

ORACIONES FINALES

Padre Nuestro

  1. Dios te Salve María, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima y Castísima antes del parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón, alcánzanos, Señora, la virtud de la Fe. Llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas. Ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

  1. Dios te Salve María, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima y Castísima en el parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón alcánzanos, Señora, la virtud de la Esperanza. Llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas. Ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

  1. Dios te Salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima y Castísima después del parto, por tu Doloroso e Inmaculado Corazón alcánzanos, Señora, la virtud de la Caridad. Llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas. Ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.  

Gloria. 

Una Salve por las intenciones de Nuestra Señora:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,  vida, dulzura y esperanza nuestra;  Dios te salve. 

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;  a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,  en este valle de lágrimas. 

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,  vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,  y después de este destierro muéstranos a Jesús,  fruto bendito de tu vientre. 

¡Oh clemente, oh piadosa, oh, dulce Virgen María! 

D: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. 

T: Para que seamos dignos de alcanzar  las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén

LETANÍAS LAURETANAS DE NUESTRA SEÑORA

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, ten piedad de nosotros. 

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos. 

Jesucristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros. 

Santa María, ruega por nosotros 

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes, 

Madre de Jesucristo,  

Madre de la Iglesia,

Madre de la Divina Gracia, 

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre Virgen,

Madre Incorrupta,

Madre Inmaculada,

Madre Amable,

Madre Admirable,

Madre del Buen Consejo, 

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Madre de Misericordia, 

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración, 

Virgen digna de alabanza, 

Virgen Poderosa, Virgen Clemente,

Virgen Fiel,

Espejo de Justicia,

Trono de la eterna sabiduría, 

Causa de nuestra alegría, 

Vaso espiritual,

Vaso de honor,

Vaso de insigne devoción, 

Rosa Mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro, 

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos, 

Refugio de los pecadores, 

Consoladora de los Afligidos, 

Auxilio de los cristianos, 

Reina de los Ángeles, 

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los santos,

Reina concebida sin pecado original, 

Reina Asunta al cielo, 

Reina del santo Rosario,

Reina de la familia,

Reina de la Paz,

Reina del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos, 

Reina del Ejército Eucarístico y Mariano,  

LETANÍAS DE LA CORREDENCIÓN

Madre Corredentora, 

Madre Medianera, 

Madre Abogada, 

Nuestra Paz, 

Ayuda segura, 

Madre Auxiliadora, 

Madre Socorredora, 

Madre de Salvación, 

Madre Conquistadora, 

Madre, Virgen y Reina, 

Madre de la oración, 

Madre del sacrificio, 

Madre de la penitencia, 

Madre de la reparación, 

Madre de la expiación, 

Víctima Pura de la Cruz, 

Madre Crucificada, 

Madre Dolorosa, 

Madre Inmaculada, 

Madre de Fortaleza, 

Madre de Amor, 

Madre de la unidad, 

Madre Corredentora de las almas, 

Madre Gloriosa de la tierra, 

Madre Luminosa de Nuestra Caridad, Madre Portadora de Jesús, 

Madre de la Eucaristía,  Madre de la Paz, 

Madre de la plegaria. 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.  

Oración

Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora tu Espíritu sobre la tierra. Haz que el Espíritu Santo habite en el Corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra. Que la Señora de todos los pueblos, la Santísima Virgen María, sea Nuestra Abogada. Amén.

Consagración a los Corazones Unidos de Jesús y María.

Sacratísimos Corazones de Jesús y María, los amo y reparo, consuelo y alivio sus Corazones Dolorosos que sufren místicamente por la maldad del mundo, que aún los tiene en un eterno Calvario, e ininterrumpidamente los encamina al sufrimiento del Gólgota.

He aquí a su hijo, quiero ser su siervo. Alejen de mí a Satanás, porque hoy, en su nombre, renuncio a él. Destierren de mí toda falta de amor a Dios y al prójimo. Háganme su siervo y templo viviente. Los quiero con toda mi alma y solo les pido: ayúdenme a buscar el Reino del Eterno Padre y su Divina Justicia, y todo se me dará por añadidura. 

Soy todo suyo desde ahora hasta la Eternidad. Amén.

¡Oh, Jesús! ¡Oh, María! salven mi alma y aumenten mi amor por sus Corazones Unidos.

Consagración a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María

(dictada por el Padre Pio de Pietrelcina, el 14 de septiembre de 2014).

Queridísimos Corazones de Jesús y María que tanto sufren y tanto aman, tomen mi cuerpo y mi alma, elévenme a la Sacrosanta y Trinitaria Gloria.

Yo (nombre), quiero consagrarme a ustedes en cuerpo y alma, entregar mis obras y mi vida, para ser Apóstol de sus Corazones Gloriosos. 

Consagro mi país, mi familia, mis actos, todo que tengo, lo que soy y lo que hago.

Cubro mi consagración con la Preciosísima Sangre de Cristo En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y la protejo con las lagrimas de la Divina Señora En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. La resguardo con la Espada de San Miguel. Para vivir en la Divina Voluntad: haciendo, amando, sirviendo, viviendo, entregándome, desde hoy hasta el día de mi encuentro pleno con Cristo. Amén. 

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús

Doloroso e Inmaculado Corazón de María Casto y Amante Corazón de San José Triunfen y Reinen.

Amén

Padre Nuestro, 3 Ave María de los Últimos Tiempos, y Gloria por las intenciones del Santo Padre y las necesidades de la Santa Iglesia. Y para que Sn. José nos alcance una santa muerte. 

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

“…no tengo mejor secreto para conocer si una persona es de

Dios, que si le gusta rezar el Ave María y el Rosario”

San Luis M. Grignion de Montfort

“Amad y haced amar a la Virgen, rezad y haced rezad el Rosario”

San Pío de Pietrelcina