MISTERIOS LUMINOSOS - Jueves
MISTERIOS LUMINOSOS - Jueves
1. El Bautismo de Jesucristo en el Jordán
“Luego que fue bautizado, Jesús… vio al Espíritu de Dios descender sobre Él” (Mt 3, 16).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta primera decena, en honor del Bautismo que recibiste en el río Jordán.
Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de nuestra Santísima Madre, la fuerza de cumplir con nuestros compromisos bautismales. Amén.
Gracias del Misterio del Bautismo de Jesús, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Antes de los diez Ave María de los Últimos Tiempos:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y Jaculatorias.
2. Las Bodas de Caná
“La Madre de Jesús dice a los sirvientes: ‘Hagan lo que Él les ordene’” (Jn
2, 5).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta segunda decena, en honor de tu autorrevelación en las Bodas de Caná.
Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de nuestra Santísima Madre, la gracia de hacer lo que Tú nos digas. Amén.
Gracias del Misterio de las Bodas de Caná, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Antes de los diez Ave María de los Últimos Tiempos:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y Jaculatorias.
3. El Anuncio del Reino de Dios
“Conviértanse porque ya ha llegado el Reino de los Cielos” (Mt 4, 17).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta tercera decena, en honor de tu anuncio del Reino de Dios con la invitación a la conversión.
Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de nuestra Santísima Madre, una actitud de constante conversión. Amén.
Gracias del Misterio del Anuncio del Reino de Dios, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Antes de los diez Ave María de los Últimos Tiempos:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y Jaculatorias.
4. La Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor
“Los lleva a una alta montaña y se transfiguró a vista de ellos” (Mc 9, 2).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta cuarta decena, en honor de tu Transfiguración en el Monte Tabor.
Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de nuestra Santísima Madre, que contemplemos con gozo el rostro de Jesucristo en los que nos rodean. Amén.
Gracias del Misterio de la Transfiguración de Jesús, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Antes de los diez Ave María de los Últimos Tiempos:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y Jaculatorias.
5. La Institución de la Eucaristía
“Éste es mi Cuerpo, el que por vosotros es entregado. Hagan esto en mi memoria.” (Lc 22, 19).
Te ofrecemos, Señor Jesús, esta quinta decena, en honor de tu institución de la Eucaristía en el Cenáculo de Jerusalén.
Y te pedimos, por este Misterio y por intercesión de nuestra Santísima Madre, una profunda vida eucarística en el Espíritu Santo. Amén.
Gracias del Misterio de la Institución de la Eucaristía, desciendan a nuestras almas. Amén.
Padre Nuestro
Antes de los diez Ave María de los Últimos Tiempos:
¡Oh, María! como el Arcángel San Gabriel, también nosotros queremos saludarte en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de todos los Ángeles y todos los hombres, y queremos pedirte que seas nuestra Madre, como eres Madre de Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Diez Ave María de los Últimos Tiempos:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y Jaculatorias.