VIACRUCIS

UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús promete su Reino al buen ladrón

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Del Evangelio según San Lucas 23, 39-43

Uno de los malhechores colgados le insultaba: “¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!” Pero el otro le respondió diciendo: “¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste, nada malo ha hecho”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino”. Jesús le dijo: “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Jesús promete el Reino al ladrón arrepentido

Manuel de mi Sagrado Corazón, cuando fui levantado en la Cruz de Amor, también, Conmigo fueron crucificados dos malhechores, dos despreciados de la sociedad por sus actos delictivos (San Lucas 23, 39-43).

Yo había sido colocado en medio de ellos para ser comparado y contado entre los malhechores, así creían las autoridades judías que, al ser rebajado a ese nivel con los malhechores, la Justicia Divina me flagelaría, como otro pecador más, sin embargo, no sabían que Yo Soy la Justica Divina Encarnada que se sometió para salvar a todos.

Entre los ladrones se encontraba Dimas, él fue el único que salió en defensa mía, mientras que, Gestas, el otro malhechor, me insultaba y me imponía salvarlos de aquel castigo.

Dimas, exclamó diciéndome: Señor, acuérdate de mi cuando estés en tu Reino. Y Yo, todo Amor Misericordioso, le dije: hoy mismo estarás Conmigo en el paraíso. En este momento Dimas se arrepintió verdaderamente, viendo Mi Santo Rostro Ensangrentado y Sufriente Dimas vivió su pequeño aviso o iluminación de conciencia y fue absuelto por mi Moribundo y Divino Corazón de sus pecados, porque aceptó su pequeño aviso y se arrepintió.

Oración

Jesús, te amo, te adoro, te reparo, te bendigo, te alabo, te consuelo, te amo por todos.

Jesús, has prometido el paraíso, no solo a Dimas, sino en él a todos los pecadores, nosotros también te hablamos desde nuestra cruz y te pedimos: acuérdate de nosotros, envía tu Reino Eucarístico a la humanidad.

Haz que venga tu Reino de consuelo, junto a la promesa esperanzadora del Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de la Mamá Reina.

Jesús, Condenado de Rostro Misericordioso, en Divina Voluntad, recibe nuestra reparación y nuestros espíritus humillados por nuestros pecados y nuestra humana voluntad desviada, queremos ser como Dimas, que, aún en su propia cruz, fijó su corazón en tu Sagrado Corazón y arrepentido se abrió a tu Misericordia. Amén. Fiat.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Jaculatoria

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo. Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.