VIACRUCIS

NOVENA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Del Evangelio según San Lucas 23, 27-28. 31

Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren más bien por ustedes y por sus hijos. Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?”.

Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Mi pequeña víctima, Manuel de mi Sagrado Corazón, en el camino de la Cruz, aunque avanzara hacia mi sacrificio de Cruz con el dolor de la tortura, siempre demostré mi Amor, Misericordia y Poder.

Cerca de la puerta que conduce a las afueras de Jerusalén, por el torrente Cedrón y cerca del Monte de la Calavera, un grupo de piadosas mujeres que me había escuchado predicar, madres de hijos que sané, me seguían. Fueron retenidas en mi seguimiento por los centuriones romanos, entonces Yo, viendo esto, me dirigí hacia ellas, pues estaban a un lado del camino, y con todo amor y compasión, mi Sagrado Corazón Eucarístico les dijo:

Hijas, no lloren por Mí (San Lucas 23, 27-31), en cambio lloren por sus pecados y los pecados de sus hijos que son los que causan este tormento en mi Humanidad Divina. Dichosas aquellas que no han caído voluntariamente en desgracia de Dios, porque el castigo para los que, libremente y con previo conocimiento, ofenden al Padre, será grande.

Miren que al leño verde hacen esto, entonces como serán tratados los leños secos por el pecado.

Oración

Jesús mío, te amo, te adoro, te bendigo, te reparo y te consuelo por todos los hombres.

Tomo como míos, los lamentos, las lágrimas y los dolores de compasión de las mujeres piadosas que te seguían.

Jesús, en tu Santo Rostro resplandeció la Luz del Padre Tierno y Misericordioso, la Ternura del Corazón Maternal de nuestra Mamá Divina.

Ten compasión de la Jerusalén del mundo, bendecido por tu Amor Misericordioso, pero, destrozado por el odio y la voluntad humana. Da a la humanidad el Don de la Resurrección de la Divina Voluntad, enséñanos a tener piedad de nosotros mismos y de los demás. Amén. Fiat.

Padre Nuestro

Ave María de los Últimos Tiempos:

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora de las almas, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de Gracia de tu Llama de Amor, de tu Doloroso e Inmaculado Corazón sobre toda la humanidad, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Jaculatoria

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, perdónanos y salva al mundo. Amén.

Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Ti. Amén.