Día 18

SEGUNDA PARTE

Primera Semana

CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO

Las oraciones, exámenes, reflexiones, actos de renuncia de nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros pecados, de desprecio propio, realizado todo a los pies de María, ya que por Ella esperamos la luz para conocemos a nosotros mismos. Junto a Ella, podremos medir el abismo de nuestras miserias sin desesperar. Debemos emplear todas nuestras acciones piadosas en pedir un conocimiento propio y el arrepentimiento de nuestros pecados: y debemos hacer esto con espíritu de piedad. Durante este período, consideraremos tanto la oposición que existe entre el espíritu de Jesús y el nuestro, como el miserable y humillante estado en que nos han reducido los pecados.

Además, siendo la verdadera devoción una manera fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo. Entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad. Pero, ¿cómo conseguir esto sin el conocimiento de sí mismo?

TODAS LAS COSAS PESADAS SE DEBEN PADECER POR LA VIDA ETERNA

Primer texto para meditar: Lc, 17: 1-10

Dijo a sus discípulos: Es inevitable que haya escándalos; sin embargo, ¡ay de aquel por quien vengan! Mejor le fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Mirad por vosotros.

Si peca tu hermano contra ti, corrígele, y si se arrepiente, perdónale. Si siete veces al día peca contra ti y siete veces se vuelve a ti diciéndote: Me arrepiento, le perdonarás.

Dijeron los apóstoles al Señor: Acrecienta nuestra fe. Dijo el Señor: Si tuvierais fe tanto como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro:

Desarráigate y trasplántate en el mar, y él os obedecería.

¿Quién de vosotros, teniendo un siervo arando apacentando el ganado, al

volver él del campo le dice: Pasa en seguida y siéntate a la mesa, y no le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete para servirme hasta que yo coma y beba, y luego comerás y beberás tú?

¿Deberá gratitud al siervo, porque hizo lo que se le había ordenado? Así también vosotros, cuando hiciereis estas cosas que os están mandadas, decid: Somos siervos inútiles; lo que teníamos que hacer, eso hicimos.

Segundo texto para meditar: Imitación de Cristo, libro III, cap. 47

Hijo, no te quebranten los trabajos que has tomado por Mí; ni te abatan del todo las tribulaciones; mas mi promesa te esfuerce y consuele en todo lo que viniere.

Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida.

No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores.

Espera un poquito y verás cuán presto se pasan los males.

Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud.

Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.

 

Oraciones Diarias

día 13-19

LETANÍA DEL ESPÍRITU SANTO

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo ten piedad. Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Espíritu que procede del Padre y del Hijo, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación planeando sobre las aguas las fecundaste, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que das testimonio de Cristo, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que sobreviene a María, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu del Señor que llena todo el orbe, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de Dios que habita en nosotros, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de sabiduría y de entendimiento, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de consejo y de fortaleza, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de ciencia y de piedad, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de temor del Señor, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de gracia y de misericordia, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de humildad y de castidad, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de benignidad y de mansedumbre, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de multiforme gracia, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que escrutas los secretos de Dios, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu en el cual renacemos, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu por el cual se difunde la caridad, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos, ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres, ilumínanos y santifícanos.

Sednos propicio, perdónanos, Señor.
Sednos propicio, perdónanos, Señor.

De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De tentaciones e insidias del demonio, líbranos, Señor.
De la presunción y desesperación, líbranos, Señor.
De la resistencia a la verdad conocida, líbranos, Señor.
De la obstinación y de la impenitencia, líbranos, Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo, líbranos, Señor.
Del espíritu de fornicación, líbranos, Señor.
De todo espíritu del mal, líbranos, Señor. 

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo. Te rogamos óyenos.
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán. Te rogamos óyenos.
Por tu advenimiento sobre los discípulos. Te rogamos óyenos.
En el día del juicio, nosotros pecadores. Te rogamos óyenos.
Para que, así como vivimos del Espíritu, obremos también por Él. Te rogamos óyenos.
Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos. Te rogamos óyenos.
Para que, viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne. Te rogamos óyenos.
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne. Te rogamos óyenos.
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios. Te rogamos óyenos.
Para que seamos solícitos en guardarla unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Te rogamos óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu. Te rogamos óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios. Te rogamos óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud. Te rogamos óyenos.
Para que nos confirmes por tu Espíritu soberano. Te rogamos óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Oración:
Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique clemente nuestros corazones, y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LETANÍA DE NUESTRA SEÑORA

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos.

Jesucristo, escúchanos,

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

 

Santa María, ruega por nosotros  

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Jesucristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la Divina Gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre Virgen,

Madre Incorrupta,

Madre Inmaculada,

Madre Amable,

Madre Admirable,

Madre del Buen Consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Madre de Misericordia,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen Poderosa,

Virgen Clemente,

Virgen Fiel,

Espejo de Justicia,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consoladora de los Afligidos,

Auxilio de los cristianos,

 

Trono de la eterna sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso de honor,

Vaso de insigne devoción,

Rosa Mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los Santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina Asunta al cielo,

Reina del Santo Rosario,

Reina de la familia, 

Reina de la Paz,

Reina del Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos,

Reina del Ejército Eucarístico y Mariano,

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Oración

Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa Intercesión de la Bienaventurada, siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras plegarias el que, nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. Amén.