Día 5

Primera parte:
Doce días preliminares

VACIADO DEL ESPÍRITU DEL MUNDO

Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu propia voluntad; mortificación, pureza de corazón. Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá emplear en vaciarse del espíritu del mundo, que es contrario al espíritu de Jesucristo. El espíritu del mundo consiste, en esencia, en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto, es totalmente opuesto al espíritu de Jesucristo, que es también el de María.

Esto se manifiesta por la concupiscencia de la carne, por la concupiscencia de los ojos y por el orgullo como norma de vida, así como por la desobediencia a las leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas. Sus obras son el pecado en todas sus formas; en consecuencia, todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras que conducen al error y oscuridad de la mente, y seducción y corrupción de la voluntad. Sus pompas son el esplendor y las artimañas empleadas por el demonio para hacer que el pecado sea deleitoso en las personas, sitios y cosas.

Texto para meditar: Imitación de Cristo , libro III, cap. 40

Por lo cual, si yo supiese bien desechar toda consolación humana, ya sea por alcanzar devoción o por la necesidad que tengo de buscarte, porque no hay hombre que me consuele, entonces con razón, podría yo esperar en tu gracia, y alegrarme con el don de la nueva consolación.

Gracias sean dadas a Ti, de quien viene todo, siempre que me sucede algún bien.

Porque delante de Ti yo soy vanidad y nada, hombre mudable y flaco.

¿De dónde, pues, me puedo gloriar, o por qué deseo ser estimado?

¿Por ventura de la nada? Esto es vanísimo.

Verdaderamente, la gloria frívola es una verdadera peste y grandísima vanidad; porque nos aparta de la verdadera gloria y nos despoja de la gracia celestial.

Porque contentándose un hombre a sí mismo, te descontenta a Ti; cuando desea las alabanzas humanas, es privado de las virtudes verdaderas.

La verdadera gloria y alegría santa consiste en gloriarse en Ti y no en sí; gozarse en tu nombre, y no en su propia virtud, ni deleitarse en criatura alguna, sino por Ti.

Sea alabado tu nombre, y no el mío; engrandecidas sean tus obras, y no las mías; bendito sea tu santo nombre, y no me sea a mí atribuida parte alguna de las alabanzas de los hombres.

Tú eres mi gloria. Tú eres la alegría de mi corazón.

En Ti me gloriaré y ensalzaré todos los días; mas de mi parte no hay de qué, sino de mis flaquezas.

Oraciones Diarias

(Día 1-12)

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos, llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, Tú, auténtica promesa del Padre, que enriqueces las lenguas con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los corazones, corroborando con vigor constante la fragilidad de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede prontamente la paz, yendo así Tú delante como guía, evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos también al Hijo y por ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, que entre los muertos resucitó, y al Paráclito por los siglos de los siglos. Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras plegarias el que, nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia como la había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.